Un espacio futurista en el corazón de Valencia.
Posiblemente no haya nadie que no haya visto por televisión o por Internet alguna imagen o algún vídeo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias valenciana. Así pues, cuando la visitéis, todo lo que allí veáis os resultará familiar. Pese a ello, os puedo asegurar que os quedaréis realmente asombrados la primera vez que os encontréis en medio de todo aquel extraordinario diseño urbanístico.
Pocas construcciones contemporáneas se han convertico en la primera referencia turística de una ciudad como ha ocurrido con la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia. Ni las Torres de Serrano, ni el Miguelete, o la Catedral (por citar algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Valencia), ni siquiera la típica y popular paella valenciana pueden competir en atractivo para el visitante con la estampa futurista que ofrece la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Si me apuran, creo que no es mucho exagerar si afirmo que solo las Fallas pueden rivalizar como reclamo turístico, aunque no sé por cuanto tiempo. No me cabe la menor duda de que este escenario está llamado a ser uno de los iconos más representativos de España en el mundo.
A lo largo de unos dos kilómetros del antiguo cauce del río Turia se han construido una serie de edificios caracterizados por sus líneas poco convencionales. El conjunto es un espacio cuyas características le hacen único en España y de obligada visita, no solo para las españoles, sino para cualquier turista extranjero que quiera alardear en su tierra de conocer la Península Ibérica.
Son cinco los edificios singulares que configuran este bello espacio cuyo principal artífice ha sido, como no podía ser de otro modo, el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Estos edificios son el Hemisfèric, el Museo de la Ciencia Príncipe Felipe, el Oceanogràfic, obra de Féilix Candela, el Palau de les Arts Reina Sofía y el Umbracle, que constituye un alargado mirador ajardinado desde el que disfrutar de todo el conjunto. A estos cinco edificios se unirá el Ágora, cuya estructura exterior ya está completada.
Sin duda alguna, merece la pena dedicar uno o varios días a visitar todas y cada una de estas instalaciones. Aun con todo, un simple paseo por el conjunto te dejará boquiabierto y, a buen seguro, repetirás la visita a esta ciudad mediterránea para visitar nuevamente la extraordinaria Ciudad de la Artes y las Ciencias.
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