Retablo pétreo al aire libre.
Hay ocasiones en las que un solo motivo arquitectónico es más que suficiente para recorrer varios cientos de kilómetros con el fin de poder conocerlo. La fachada de la catedral de Murcia es una de estas maravillas. Construida en estilo barroco, esta singular fachada labrada en piedra ofrece al viandante toda la habilidad que los escultores barrocos eran capaces de concentrar en los retablos de madera. Está formada por dos cuerpos y dividida en tres calles separadas por colosales columnas corintias.
Fachada barroca de la catedral de Murcia. |
Esta obra hace bueno el viejo proverbio que dice que no hay bien que de mal no venga. Esta fachada no era la original del templo. La original, de estilo gótico como el resto del edificio, se vino abajo como consecuencia de unas filtraciones de agua procedentes del próximo río Segura. Tras su hundimiento, en el siglo XVIII se construyó una nueva portada acorde a las corrientes artísticas de los nuevos tiempos. De ese modo ha llegado a nuestros días una bella portada barroca, cuyo autor fue Jaime Bort, por la que acceder al templo gótico.
Nave interior de la catedral de Murcia. |
Frente a la fachada se extiende una amplia plaza peatonal gracias a lo cual la catedral en su conjunto mejora notablemente su imagen. Todavía escandaliza ver fotografías en las que están plasmados unos cuantos vehículos, ya sea circulando, ya estando estacionados en plaza. Hay que reconocer que la remodelación urbanística por la que se prohibió la circulación por el casco histórico murciano fue muy acertada.
Detalle de la fachada. |
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