Un casco histórico que sorprenderá.
Ayuntamiento de Avilés, Asturias. |
Si se toma como punto de partida la Plaza de España, de la que salen seis calles radiales, resultará sumamente cómodo recorrer las principales arterias que conforman su interesante casco histórico. Sus calles son peatonales y su principal singularidad es que muchas de ellas se encuentran asoportaladas. Tal es así que, si se tiene la mala suerte de visitarla en un día de lluvia, resultará fácil protegerse de la adversidad meteorológica. Las calles de La Ferrería y la Galiana son las que muestran los soportales más vistosos, pero estos se encontrarán a lo largo de todas las calles la parte antigua de la ciudad.
Durante el recorrido turístico, además de los citados soportales, aparecen diferentes lugares de interés. Algunos son edificios religiosos,como son la iglesia de los Padres Franciscanos o la iglesia vieja del Sabugo. Entre los edificios civiles se pueden citar el propio Ayuntamiento, el palacio de Ferrara, o el palacio de Llano Ponte, los tres en la Plaza de España. El palacio de Camposagrado sorprende con una bella fachada barroca. Pero, sobre todo, durante el callejeo se descubrirán rincones con mucho encanto y no poco romanticismo. Uno de esos rincones es la plazuela en la que se halla la fuente de los Caños de San Franciso, que además se verá de camino para ir al parque de Ferrara, todo un pulmón verde en el corazón de la localidad.
Recientemente la ciudad ha visto como el Centro Cultural Internacional de Avilés, obra del arquitecto brasileño Óscar Niemeyer, se ha convertido en uno de sus iconos más reproducidos. La visita a este complejo modernista es imprescindible. Se encuentra junto a la ría, a un paso de la Plaza de España. Por lo tanto no hay excusas para no conocerlo y, además, merece la pena.
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