Un rincón tan espectacular como desconocido.
Hay ciertos lugares a lo largo y ancho de la geografía de España que nos sorprenden, no solo por su belleza, sino también, y quizá incluso más, por no figurar en la mayoría de las guías turísticas con el protagonismo que se merecen. Son lugares de acceso complicado en los que el asfalto se quedó a varios kilómetros, la cobertura del móvil se nos antoja complicada y comodidades las justas. Es por todo esto que estos rincones son conocidos por un turismo muy selecto y poco masificado (cuando hablo de turismo selecto no me refiero a alto poder adquisitivo, sino a un colectivo que huye, sin renunciar a la belleza, de la sobre-explotación que sufren determinados espacios naturales). Un ejemplo de todo lo que llevamos dicho hasta ahora lo encontramos en la parte oriental de la provincia de Guadalajara. Es el Salto de Poveda de la Sierra, en el Parque Natural del Alto Tajo.
El Salto del Parque Natural del alto Tajo |
Aprovechando el desnivel de una cascada en la cabecera del río Tajo, en el siglo pasado se pretendió construir una minicentral hidroeléctrica, pero por una serie de circunstancias que no viene al caso analizar ahora, el proyecto no fraguó. Es cierto que el paisaje está salpicado de ciertas construcciones que nos recuerdan aquel proyecto, pero las vemos perfectamente integradas en la naturaleza. Incluso las casas rurales del Salto intuimos que fueron las viviendas de quienes trabajaron en su construcción. Tras el fracaso de aquel proyecto, todo se ha reconvertido para el turismo rural, siendo éste uno de los alojamientos que nos hemos encontrado más aislados del trasiego urbano.
El río Tajo a su paso por el Parque Natural del alto Tajo |
El Salto es posiblemente el punto más espectacular de los alrededores. Tras una caída de varios metros, las todavía cristalinas aguas del río Tajo se remansan en una poza de una espectacular tonalidad verde rodeadas por unas laderas pobladas de pinos. Durante el estío, cuando las frías aguas serranas invitan al baño, es frecuente encontrarse a atrevidos bañistas que, desafiando las leyes lógicas de la sensatez, se lanzan al agua mediante intrépidos saltos. No hay que perderse la Laguna de Taravilla, que también invita al baño, en esta ocasión entre multitud de pececillos.
Laguna de Taravilla, en el Parque Natural del Alto Tajo. |
Para llegar a este rincón del Paque Natural del Alto Tajo has de tomar la Carretera 210, en Molina de Aragón con dirección a Beteta, en la provincia de Cuenca. Nada más cruzar el río Tajo, a la izquierda, junto al puente, parte un camino de tierra que te conduce, tras varios kilómetros, a las casas del Salto. El río más largo de la Península Ibérica te acompañara durante todo el camino por el lado izquierdo. En uno de los hocinos encontrarás un área de acampada libre, así como la posibilidad de practicar determinados deportes acuáticos. En fin, una pequeña, pero atractiva oferta para disfrutar del turismo activo en contacto con la naturaleza.
Localiza el destino en el mapa:
El Parque Natural del Alto Tajo está situado entre las provincias de Cuenca y Guadalajara. Cuenta con una superficie protegida de 105721 hectáreas, más otras 68824 hectáreas de Zonas Periféricas de Protección. Toda esta superficie está repartida por 44 términos municipales, 42 de ellos de Guadalajara y 2 de Cuenca. El Parque fue creado en 2002 y es uno de los más importantes de Castilla la Mancha. De hecho aspira a convertirse en Parque Nacional.