A unos veinte kilómetros de Mérida.
Jardines del Balneario de Alange. |
Mucho se ha escrito contra el tópico generalizado de que Extremadura es una tierra seca. Es atravesada por dos ríos importantes: el Tajo y el Guadiana. También la cruzan algunos de los afluentes más importantes de éstos como son el Tiétar o el Zujar. Las aguas de estos ríos extremeños son represadas en numerosos embalses, algunos de dimensiones descomunales como es el embalse de La Serena, el mayor de toda Europa Occidental. En el embalse de Orellana encontramos la única playa de interior con una bandera azul. Frondosos valles, de vegetación exuberante, como los de la Vera, el Jerte, el Ambroz... podemos descubrir por toda su geografía. El Parque Nacional de Monfragüe, el Geoparque de Villuercas Ibores Jara, y así un largo etcétera que echan por tierra ese injusto tópico. Aun así, la gente sigue pensando que Extremadura es una tierra seca. ¡Qué le vamos a hacer!
Panorámica del Balneario de Alange, en Extremadura. |
También encontramos en esta región algunos balnearios que, además de servirnos de argumento contra el tópico señalado anteriormente, son unos auténticos centros en los que desintoxicarse del estrés que genera el modo de vida actual. Uno de esos balnearios es el de Alange, situado a menos de veinte kilómetros de la capital autonómica. Un lugar de visita obligada si andas por la zona.
Piscina exterior del Balneario de Alange, en Extremadura. |
La condición de Alange como balneario termal no es, ni mucho menos, reciente. Hay que remontarse a la época romana para encontrar los orígenes de estas termas como uso lúdico. Eso lo sabemos, no por la intuición, más o menos documentada, de los historiadores, sino porque los vestigios romanos son palpables. Tal es así que, los restos romanos del balneario, junto a los numerosas construcciones de la ciudad de Mérida han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad. Así pues, los bañistas de Alange pueden presumir de hacerlo en unas instalaciones reconocidas por la Unesco con el máximo distintivo.
Detalle de los Jardines del Balneario extremeño de Alange. |
Anécdotas aparte, el complejo de este balneario permite a sus huéspedes y visitantes pasear por un entorno ajardinado muy interesante. Incluso, la proximidad de embalse de Alange, cuyas aguas se acercan casi hasta la misma puerta de las instalaciones, puede dar la sensación de estar recorriendo un paseo marítimo. Pero sin duda, una de los puntos más atractivos es la piscina exterior de mármol en la que antigüedad y modernidad se dan la mano para un disfrute de los contemporáneos.
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