Para comprobar que la ciudad de los amantes existe.
La ciudad de Teruel, con sus 35.000 habitantes es la capital de provincia más pequeña de España. Pese a ello, Teruel, tal como sostenía una plataforma por el desarrollo de la ciudad que alcanzó una gran repercusión mediática estos años atrás, existe. Claro que existe. Pero no solo por ello merece ser visitada. Algunos de sus monumentos más singulares han merecido el reconocimiento de la Unesco habiendo sido declarados Patrimonio de la Humanidad. Otros, sin haber alcanzado tan prestigioso título, también poseen un gran componente de originalidad. A continuación citamos los 10 lugares que hay que visitar en un viaje a la ciudad.
1.- La Plaza del Torico. Esta plaza es el epicentro de todos los puntos turísticos de la ciudad de Teruel, por lo que lo razonable es comenzar el recorrido desde ella. El centro de esta plaza, de planta triangular, está ocupado por una fuente coronada con una estatua de un pequeño toro. Cuenta una leyenda que unos caballeros observaron a un toro mugir durante toda la noche bajo una estrella. Vieron en el acto una señal y decidieron fundar en ese sitio la ciudad. Ese lugar es el que hoy ocupa la plaza del Torico.
2.- Escalera del Óvalo. Una bella escalinata de estilo neomudéjar une el barrio de la estación con la zona alta de la ciudad. Una profusa decoración realizada principalmente a base de ladrillos y cerámica confieren a esta escalera, no solo un aire monumental, sino también una delicada belleza.
3.- Acueducto de los arcos. Con el fin de traer agua hasta el centro de la ciudad, ya que hasta entonces el único agua potable de la que disponía era de la que se almacenaba en los aljibes ubicados bajo la plaza del Torico, se construyó este espectacular acueducto. Se trata de una soberbia obra del renacimiento que, no solo sirvió para abastecer de agua potable en abundancia, sino que también permite salvar la profunda vaguada que separa el centro de los arrabales.
4.- Museo de los amantes. Isabel de Segura y Diego de Marcilla, son dos jóvenes amantes a los que el padre de ella no consintió matrimonio por no poseer riquezas él. Diego partió en busca de esas riquezas de las que carecía para poder ser aceptado por el padre de la novia. Cinco años le dieron de plazo. Viendo que Diego no llegaba, Isabel se comprometió con otro pretendiente. El novio despechado regresó el mismo día de la boda y le pidió un beso a Isabel. Ella se lo negó por estar ya prometida y él, ante la negativa, falleció en el acto. El día del funeral ella se abalanzó para darle a Diego el beso que le había negado en vida y tras dárselo cayó muerta también. De ese modo se dio sepultura a ambos cuerpos juntos. Esta bonita historia es el centro sobre el que gira el museo de los amantes, cuyo principal atractivo son las esculturas yacentes de los amantes labradas en mármol.
5.- Catedral de Santa María de Mediavilla. Además de su torre mudéjar, el gran tesoro de la catedral es el artesonado de la nave central decorado en el mismo estilo y que también forma parte del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad. El artesonado, que además de decorativo es estructural, muestra una variada iconografía de figuras humanas, animales y símbolos. Todo un libro abierto para los feligreses de la época.
7.- Torre de El Salvador. Como las otras tres torres mudéjares de la ciudad, además de la decoración, muestran como elemento característico de esta tierra el que los transeúntes pueden pasar por debajo, pues están construidas sobre la calle que las atraviesa.
8.- Torre de San Pedro. Está situada junto a la iglesia del mismo nombre, y el museo de los Amantes. Es la menos elevada de las cuatro, pero su belleza no le desmerece respecto a las otras tres.
9.- Plaza del Casino. Es una plaza de planta cuadrangular, con aires muy pretenciosos, pero con poca animación. Los principales edificios que la rodean están dedicados a diferentes dependencias oficiales, por lo que solo la entrada y salida de los funcionarios le dan vida a una plaza en la que cabría esperar un ambiente más bullicioso.
10.- Murallas. El promontorio sobre el que se levanta la ciudad de Teruel ya le ofrecía a la ciudad una estupenda defensa natural. Hoy en día es necesario salvar imponentes viaductos para llegar al casco histórico. Aun con ello, la ciudad contó con un recinto amurallado del que todavía restan algunos lienzos y un par de entradas. Los vestigios de la vieja muralla mas interesantes se encuentran frente al Acueducto.
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