El Escorial de la Mancha.
Detalle en la fachada de la Iglesia. |
Vista general del Monasterio de Uclés. |
Si rica es la historia, no lo son menos los tesoros artísticos de los que podréis disfrutar durante la visita. Nada más entrar en el edificio, atravesando una magnífica portada barroca, llegaréis a un amplio claustro en el que sobresale el brocal de un bello aljibe plateresco. No es nada más que el principio de una larga serie de elementos de gran interés. Una monumental escalera para acceder al piso superior; un cuidadísimo artesonado sobre el refectorio; una iglesia acorde a la grandiosidad el conjunto; una sacristía, reconvertida a capilla, decorada con delicados relieves; un puntiagudo chapitel que cubre la cúpula del crucero; son solo algunos de los aspectos más relevantes ante los que habrá que ir haciendo un alto durante la visita.
Este antiguo monasterio ya no alberga monjes ni caballeros tal como hizo en sus orígenes, pero si conserva su ambiente religioso ya que has no hace mucho era el Seminario Menor de la Diócesis de Cuenca. Pero a lo largo de su dilatada historia estos robustos muros acogieron a presos, cuando su destino lo convirtió en cárcel, o a enfermos, cuando se utilizó como hospital. ¿Quién sabe lo que le deparará el futuro?
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