Un bosque entre lo urbano y lo salvaje.
Zoológico en la Casa de Campo. |
La explicación de como esta importante masa arbórea se ha podido conservar junto a la gran ciudad de Madrid es muy sencilla. Este terreno, junto al próximo Monte del Pardo, era una reserva de caza de la monarquía española. Tras la llegada de la Segunda República y después de adquirir un inesperado protagonismo durante la Guerra Civil, de cuya época todavía se conservan algunas trincheras y bunkers, ese terreno pasó al Ayuntamiento de Madrid y, por ende, al pueblo madrileño.
Para conocer bien un amplio espacio natural como éste, nada mejor que perderse entre su arbolado. Pero no es la única posibilidad. También es muy recomendable comtemplarlo desde la distancia. En este sentido proponemos dos opciones. Una son las fabulosas vistas que de él se obtienen desde la explanada sobre la que se yergue el milenario Templo de Debod. Especial interés tiene este punto si la hora elegida es el atardecer, cuando el sol traspasa el horizonte. Otra posibilidad es ir al distrito de Moncloa y subir al futurista faro desde cuya altura se obtiene la panorámica más amplia de la Casa de Campo.
En sus entrañas, ofreciendo la cara más urbana de este singular espacio natural, encontraréis algunos de los más interesantes atractivos si visitáis Madrid con niños. Entre los plátanos, pinos y encinas sobresalen, desafiantes, algunas de las atracciones menos aptas para cardiacos del Parque de Atracciones. Muy cerca de éste se halla el Zoológico en el que conviven una gran cantidad y variedad de especies animales. La tercera actividad del parque para disfrutarlo a tope con los peques es el Teleférico, que sobrevuela parte de la Casa de Campo. Para descansar de una visita an ajetreada, nada mejor que tomar unos refrescos en una de las tranquilas terrazas situadas junto al lago. Sin duda, el colofón perfecto para finalizar una jornada de campo sin salir de la urbe.
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