El libro de viajes más conocido de Camilo José Cela y uno de los más prestigiosos escrito en castellano.
Camilo José Cela (*) |
La Alcarria es un hermoso país al que a la gente no le da la gana ir. Yo anduve por él unos días y me gustó. Es muy variado, y menos miel, que la compran los acaparadores, tiene de todo: ...
Cela describió de una forma descarnada la realidad de unas gentes que, con su forma de vida, resistieron a los duros años del éxodo rural de forma casi heroica. Llegó al fondo del sentir de unos pueblos que a duras penas sobrevivían, no sin pasar hambre, a los difíciles años de la primera etapa del Franquismo.
La mayoría de esos pueblos han sobrevivido, aunque con distinta suerte. Unos han prosperado de manera notable, pero otros, en cambio, languidecen poco a poco, o simplemente sucumbieron al desastre del abandono. En cualquier caso, ahí están los lugares y paisajes de los que nos habló el, entonces joven, escritor gallego. El recuerdo del viaje, y del libro, lo encontraréis por doquier. Así pues, una buena propuesta es seguir los pasos del Viajero para conocer estas tierras alcarreñas. No os faltarán guías turísticas que os indiquen el camino, no obstante, la mejor guía es el libro de Cela.
A grandes rasgos, el recorrido que siguió el Viajero, que así se refería en el libro a sí mismo, es el siguiente. Desde Guadalajara, a donde había llegado en tren desde Madrid, fue hasta Torija, donde podéis contemplar un bello castillo en cuyo interior se ha instalado un museo del viaje. De Torija fue a Brihuega, lugar en el que no tendréis problema en comer bien, pues encontraréis no pocos restaurantes y mesones. Con dirección a Masegoso, se dirigió a Cifuentes, otra de las bellas localidades que conoceréis en el recorrido. Los dos Gárgoles, el de arriba y el de abajo, Trillo, con su leprosería, pero sin central nuclear. Las Tetas de Viana, que no es un pueblo, sino dos montes de similar aspecto y curiosa formación geomorfológica, La Puerta, Budia, Casasana, Durón, Pareja, hasta llegar a Sacedón, cuya presa de Entrepeñas se estaba construyendo entonces. Remina el periplo pasando por Tendilla, que ya no es atravesada por la carretera Nacional, y Pastrana, el mejor colofón a un hermoso viaje.
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