Si tuviésemos que confeccionar una lista con los pueblos más
bellos de España, surgirían, que duda cabe, muchas controversias de difícil
solución. No obstante, en lo que sí habría unanimidad es en situar a Cudillero
en uno de los puestos más privilegiados de la citada lista. Tal es así que la
estampa de su caserío multicolor al lado del viejo puerto ilustra numerosos
calendarios o folletos turísticos, no solo referentes a Asturias, sino a toda España.
Así pues, cuando el viajero desciende por primera vez la vertiginosa carretera que nos
conduce hasta el nuevo puerto en el que se puede aparcar el coche y desde allí
accede andando al casco urbano y se topa de frente con la plaza de la Marina,
la imagen resulta reconocible y hasta familiar. Es este mismo momento se comprende por qué Cudillero forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.
Cudillero ha sido un pequeño pueblo de pescadores en cuyo
pequeño puerto, protegido de las aguas del Cantábrico, arribaban los barcos de
los pescadores para subastar el pescado en la rula. Con el tiempo el puerto se
quedó pequeño y se construyó otro nuevo, de mayores dimensiones que, además de
resguardar a los barcos que proporcionaban su principal fuente de riqueza,
sirve de aparcamiento para los numerosos turistas que, sobre todo en temporada
alta, acuden a visitar este pequeña joya asturiana.
Después del tanto subir y bajar es momento de reponer fuerzas. Para ello nada mejor que bajar de nuevo a la plaza de la Marina y descansar en alguna de las numerosas terrazas que la ocupan casi por completo. Si además es hora de comer, nada mejor que un buen pescado del Cantábrico, o una mariscada, pero en cualquier caso, combinada con una sidra asturiana. Mientras se disfruta del momento, seguramente el viajero ya está pensando en cuándo podrá volver a Cudillero.
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