Una plaza con dos torres.
Torres del Tardón y la Trinidad. |
El icono más representativo de la ciudad de Alcaraz es el formado por las dos torres que presiden una de las esquinas de su magnífica Plaza Mayor: la de la Trinidad y la del Tardón. Son dos estilizadas torres a cual más hermosa. Cada uno decidirá cual de las torres considera más bonita. A mi las dos me lo parecen por igual. Ahora bien, el nombre de la segunda, la del Tardón, nos llama poderosamente la atención, y nos gusta. Dado que esa torre tiene un reloj, no parece descabellado pensar que su nombre se debe a la propensión que en algún momento de su dilatada historia, el citado artilugio tuviera por retrasarse al marcar las horas. El ingenio popular hizo el resto.
Plaza Mayor de Alcaraz, en Albacete. |
Pese a la apabullante personalidad de las torres del la Trinidad y del Tardón, los encantos de la plaza Mayor de Alcaraz no terminan ahí. Tres lonjas -Santo Domingo, la Regatería y Alhorí- conforman un recinto que bien puede ser considerado como una de las plazas mayores más interesantes de Castilla la Mancha. Sirva un dato: este espacio fue declarado monumento historico-artístico en el año 1945, lo cual dice mucho a su favor. El arco de la Zapatería, por el cual se accede a lo que queda del castillo, pone el toque pintoresco al recinto.
Callejeando por Alcaraz, en Albacete. |
A buen seguro que al viajero le gustaría pasar más tiempo en la plaza, pero es necesario darse una vuelta por la ciudad. En ese paseo descubrirá joyas como la puerta del Alhorí o la Aduana. Toda una obra de orfebrería labrada en piedra. Es obra de Vandelvira, uno de los grandes maestros del renacimiento español que, por cierto, es oriundo de esta localidad. La iglesia de la Trinidad, con bellas portadas góticas, La iglesia de San Miguel, el acueducto o las casas de los Galiano o la de los Guerrero, son otros edificios que no deben de pasarse por alto.
Detella de la Plaza Mayor de Alcaraz, en Albacete. |
Alcaraz, además de ser el nombre da la población, tambien da nombre a una sierra que esconde rincones de gran belleza y parajes que hablan de la antiguedad del asentamiento humano por estas tierras. La sierra de Alcaraz fue además la casa de uno de los bandoleros de mayor fama: el Pernales. Como suele ocurrir con este tipo de personajes, la leyenda ha ido aumentando su fama hasta considerarlo poco menos que un héroe local. Tal es así que en numerosos sitios se ha llegado a escribir que en su tumba no faltan nunca las flores frescas.
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