Real Sitio de El Pardo.

Naturaleza en abundancia a escasa distancia del la urbe madrileña.

Palacio Real de El Pardo.
El Pardo se ubica al Norte de Madrid y, aunque tenga todo el aspecto de ser un pueblo, e incluso muchos así lo crean, no lo es. Forma parte del municipio de Madrid desde 1950. Ahora está integrado en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Con poco más de 3500 habitantes, y separado unos siete kilómetros del casco urbano de la capital, allí se respira tranquilidad por los cuatro costados. Sus principales atractivos son el Palacio Real, que convierte el lugar en Real Sitio, y el Monte de El Pardo, un espacio natural perfectamente conservado para el deleite de los madrileños.


Uno de los atractivos más interesantes que encontramos es, sin duda alguna, el Palacio Real. Por temporadas fue residencia de Reyes hasta Alfonso XIII y también del jefe de Estado del anterior Régimen. Este vínculo de Franco con El Pardo es la causa de que mucha gente tenga ciertos prejuicios hacia este enclave.  Nosotros, en cambio, consideramos que merece la pena visitarla, y no solo por el Palacio Real, sino también por el buen comer que allí se puede practicar. De hecho, una de las actividades económicas, además de la generada por los cuarteles allí implantados, es la restauración. 
Palacio de El Pardo, en Madrid.

El Palacio de El Pardo es propiedad de Patrimonio Nacional. Parte de él, además de los jardines, están habilitados para las visitas turísticas. Por lo tanto no hay excusas para no visitarlo. También hay otras dependencias del palacio que tienen el acceso restringido. Son aquellas que se utilizan para alojamiento de algunas autoridades extranjeras cuando están de visita oficial en España.


Otra imagen del Palacio Real de El Pardo.

El otro gran atractivo que encontramos allí es el Monte de El Pardo, que está integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. El Monte de El Pardo es un espacio natural que fue durante siglos reserva de caza para la nobleza. Por ello ha llegado hasta nuestros días con un excelente nivel en su estado de conservación en lo que se refiere a su flora. También resulta interesante la fauna que alberga. Los bosques rodean al caserío por todas partes, siendo esta la causa de que el municipio no haya crecido demasiado, ni pueda hacerlo en el futuro.  Por esta razón, como dije al principio, paseando por sus calles se percibe ese ambiente tranquilo, tan característico de un  pueblo pequeño.

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