Una Joya en el paraíso Balear.
Portal de Ses Taules |
Escalonada sobre un promontorio rocoso, junto al gran puerto ibicenco, el caserío va ascendiendo sobre la ladera siendo coronado por la modesta, pero enhiesta torre de la catedral. En definitiva, un conglomerado de construcciones, más o menos humildes, que ofrecen un conjunto muy armonioso. Como alguien escribió de modo muy clarividente, la ciudad de Ibiza, Eivissa en catalán, es una ciudad sin monumentos, aunque toda ella es un monumento. Ni siquiera la catedral, siempre un referente en cualquier otro lugar, aquí no deja de ser nada más que un discreto templo. Su única característica, por la cual destaca en su entorno, es que, al estar construida en lo más alto de la colina, su silueta es la que corona todo el casco histórico.
Panorámica de la ciudad de Ibiza. |
Pero no hay que dejar de acercarse hasta la vieja ciudad y perderse por el dédalo de callejas que la configuran. Primero hay que recorrer el barrio de La Marina, ubicado entre las murallas y el puerto. Sus calles, muchas de ellas peatonales, se encuentran excesivamente animadas en temporada alta, pero si eliges otra estación del año para deambular por ellas, te sorprenderán las líneas que componen el paisaje urbano de las edificaciones.
Desde el mismo barrio de La Marina encontrarás la rampa de acceso hacia el portal de Ses Taules. Su nombre hace referencia a las tablas del puente levadizo que hay que salvar para acceder a la vieja ciudad. Una vez en Dalt Vila no renuncies a un pausado paseo sobre las murallas desde las que disfrutarás de unas magníficas vistas sobre el Mediterráneo. Al fondo, rompiendo la monótona línea del mar en el horizonte, descubrirás la silueta de la isla de Formentera. A tus pies, el acantilado sobre el que se levantaron las inexpugnables murallas.
Las murallas son de origen renacentista, siendo sus promotores Carlos I y Felipe II. Nunca llegaron a concluirse del todo, Incluso a punto fueron de ser destruidas en el siglo XIX bajo el fragor de los aires modernizantes. Solo la falta de dinero las salvó de tal tropelía. Hoy día muestra siete baluartes y varias puertas de entrada.
Las murallas son de origen renacentista, siendo sus promotores Carlos I y Felipe II. Nunca llegaron a concluirse del todo, Incluso a punto fueron de ser destruidas en el siglo XIX bajo el fragor de los aires modernizantes. Solo la falta de dinero las salvó de tal tropelía. Hoy día muestra siete baluartes y varias puertas de entrada.
Patio de armas del portal de Ses Taules. |
En la plaza de la catedral, el principal edificio es el que le da nombre. No obstante, como decíamos antes, no es gran cosa si la comparamos con otras de su categoría. Aunque del interior podemos decir otro tanto, no dejes la oportunidad de conocerlo. El encanto, en este caso, radica precisamente en su sencillez.
Es necesario pasear sin rumbo, curioseando por los intrincados vericuetos del entramado urbano, para descubrir multitud de encantadores rincones. La calle de Sa Carrossa o la Plaza de la Vila son buenos ejemplos, pero no los únicos.
El privilegiado enclave de la ciudad fue ya aprovechado por los antiguos pobladores. Prueba de ello es que otro de sus atractivos es la vieja necrópolis de Puig des Molins. Posee más de 3500 hipogeos, o tumbas subterráneas, y forma parte de los elementos declarados Patrimonio de la Humanidad.
Es necesario pasear sin rumbo, curioseando por los intrincados vericuetos del entramado urbano, para descubrir multitud de encantadores rincones. La calle de Sa Carrossa o la Plaza de la Vila son buenos ejemplos, pero no los únicos.
Extremo del barrio de La Marina visto desde las Murallas. |
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