Durante una breve visita a la ciudad eterna
Coliseo. Este anfiteatro es posiblemente la construcción más emblemática del antiguo imperio romano. Se utilizó durante más de 500 años y en su interior se celebraron numerosos tipos de espectáculos entre los que cabe destacar las naumaquias, la recreación de importantes batallas, o las manidas luchas entre gladiadores y fieras. Aunque durante la Edad Media fue sometido a continuos expolios, se ha conseguido conservar en un aceptable estado. Ha sido declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Acceder al Coliseo es como trasladarse a los tiempos en los que en él se daban cita los romanos.
Foro romano. Se trata del antiguo centro comercial y político de la urbe. Una amplia extensión en la que abrían sus puertas numerosos y relevantes edificios. Aun en su estado actual, es fácil imaginar la grandeza que pudo llegar a alcanzar la ciudad en los tiempos del imperio. Lo que resulta mucho más sorprendente es como este espacio pudo ser abandonado durante la Edad Media hasta convertirse en un prado para el pastoreo del ganado además de una mera cantera en la que aprovisionarse de material para las nuevas construcciones.
El Pantheón. Es posiblemente la construcción más asombrosa de toda la antigua Roma. Es un templo dedicado, como su propio nombre indica, a todos los dioses. Su magnífica cúpula, de nada menos que de 43 metros de diámetro, es una auténtica obra de ingeniería construida hace unos 2000 años. Lo más alto de dicha cúpula está abierto al cielo. Es el Óculo, de nueve metros de diámetro. Llama mucho la atención de los turistas el hecho de que cuando llueve, el agua entra por él.
Museos Vaticanos. Nos encontramos ante una de las mayores concentraciones de arte del mundo. Es el resultado de esfuerzo de numerosos papas por reunir los trabajos de los artistas más cotizados de cada periodo histórico. Si bien es cierto que muchos reducen la visita a la Capilla Sixtina, obra maestra de Miguel Ángel, no deben pasarse por alto otras colecciones entre las que también sobresalen las salas dedicadas a Rafael. Con la entrada a los museos Vaticanos descubrirás el amor por el arte de los antiguos papas.
Fontana de Trevi. Esta fuente, inmortalizada por el celuloide, ya que allí se han rodado numerosas escenas de películas célebres, se ha convertido en una de las más famosas del mundo. Un lugar en el que el rito de tirar una moneda a su interior se ha hecho muy popular entre los turistas. Con él, los turistas pretenden asegurarse el poder volver a la ciudad.
Plaza de España. Es, sin duda alguna, uno de los los lugares más animados de la ciudad. La amplia escalinata por la que se asciende a la iglesia de la Trinidad del Monte es un magnífico escenario para reunirse. El nombre de esta plaza se debe a que allí se encuentra la embajada de España.
Museos Capitolinos. Fueron fundados en 1471 y dicen de ellos que son los museos públicos más antiguos del mundo. Están instalados en varios palacios ubicados en la plaza de Campidoglio. Exponen numerosos tesoros de la antigua Roma. Entre ellos se podrían señalar muchos, pero uno de los más representativos quizá sea la escultura de bronce que representa a la loba Capitolina amamantando la Rómulo y Remo.
Las Catacumbas. Se trata de un complejo sistema subterráneo construido entre los siglo I y V por los primeros cristianos. Eran lugares de enterramiento, pues no se permitían dentro de la ciudad, pero también se convirtieron en centros de reunión para las celebraciones religiosas durante los siglos en los que el cristianismo esta perseguido. Desde la Via Appia Antica se puede acceder a algunas de estas catacumbas. Una vez dentro, es más fácil imaginarse esta ciudad subterráneas formada por más de 300 kilómetros de túneles.
Castillo de Sant'Angelo. Es un curioso y muy fotogénico edificio circular mandado construir por Adriano en el siglo II. Aunque su finalidad era la de servir de mausoleo, en el siglo VI, por decisión del Papa Grogorio I el Magno, cambió su uso convirtiéndose en fortaleza papal. Junto a él, un puente homónimo permite salvar el cauce del río Tíber para acceder a las colecciones que se custodian en sus salas actualmente.
Otros lugares de interés. Se han señalado los que posiblemente pueden subrayarse como lugares imprescindibles en una visita a la capital de Italia. No obstante, se han tenido que dejar fuera de la lista otros lugares que no deben perderse de vista en un viaje a Roma. Estos son, entre otros, El Palatino, la Galería Borghese, el palacio Massimo alle Terme, San Clemente, la plaza Navona, Santa María Naggiore...
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