Alaska, el viaje soñado para 2019.

En busca de la última frontera.

Cuando se piensa en un lugar remoto para organizar un viaje inolvidable, un viaje de esos que se hacen solo una vez en la vida, o quizá, el viaje que muchos sueñan, pero que muy pocos ven cumplido su deseo, ese destino bien podría ser Alaska. Viajar a Alaska es algo así como viajar a la última frontera, y no lo es tanto por la distancia a la que se encuentra, que es mucha menos de la que se espera, sino por lo inhóspita y poco poblada que se encuentra la región. Ahora que se acerca el año nuevo, y es tiempo de pedir deseos, un viaje a este gran destino puede ser una buena opción


Alaska es el mayor de los cincuenta estados que forman los Estados Unidos de América. No obstante, en su territorio, pese a tener una extensión que triplica a la de la Península Ibérica, apenas viven 700000 personas, lo que supone una densidad de medio habitante por kilómetro cuadrado. Esta despoblación es debida , en parte, a lo extremo de su clima.

Como consecuencia de esa despoblación, y pese a la explotaciones petrolíferas implantadas en el territorio, Alaska es una de las regiones menos alteradas por la acción humana. Este estado virgen unido a la espectacularidad de sus paisajes, en muchos casos cubiertos por la nieve y el hielo, son el mejor reclamo para los turistas.


Quienes puedan ver cumplido su sueño de viajar a Alaska, si lo quieren hacer por libre, deben documentarse adecuadamente, pues las distancias allí son desproporcionadas. Acompañarse de una buena guía es fundamental. Lonely-Planet tiene a la venta una de las mejor documentadas para poder hacer frente a todas las vicisitudes que puedan surgir durante el viaje. Además, con una buena estructura, presenta los itinerarios más interesantes para aprovechar lo máximo posible la estancia.

En cambio, quienes prefieran un viaje sin descuidar las comodidades y el lujo, Princess Cruises, comercializado en España por Mundamar Cruceros, en una de sus travesías más exóticas, acerca a sus pasajeros a las costas de Alaska haciendo escala en alguna de sus pequeñas ciudades, incluyendo su capital: Juneau.

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