Fiesta de Interés Turístico Nacional.
El panorama festivo nacional es amplio y variado, aunque también es cierto que existe una tendencia a homogeneizar las actividades lúdicas que ofertan las comisiones de festejos de las diferentes corporaciones municipales. En el caso del carnaval, salvo alguna notable excepción, está formado por una serie de elementos que se repiten con pocas variantes en la gran mayoría de las ciudades. Alcázar de San Juan no es ajena a esta globalización de las carnestolendas pero, eso sí, no las celebran cuando los demás, sino que lo hacen en Navidad.
La ciudad manchega de Alcázar de San Juan está situada al noreste de la provincia de Ciudad Real y con sus treinta mil habitantes, es la cabecera comercial de un amplio territorio que incluye a localidades de otras provincias castellano-manchegas. Fruto de su prosperidad, ofrece una interesante oferta cultural entre la que los carnavales ocupan un lugar relevante.
La principal originalidad de los carnavales de Alcázar de San Juan es la fecha de su celebración, que no es otra que en mitad de la vorágine de las fiestas navideñas. Esta peculiaridad no es reciente, sino que viene de antaño. Ya en 1813 está documentado que en la iglesia de San Francisco, durante la Navidad, se celebraron estas fiestas. Unas celebraciones que, a juzgar por su descripción, ya estaban muy asentadas en aquellas fechas.
Tal y como cabe esperar, un evento tan antiguo, a lo largo de su historia, ha pasado por diferentes vicisitudes que van desde el intento de prohibirlos al de trasladarlo al comienzo de la Cuaresma. Pero como resulta harto complicado vencer a la fuerza de la tradición, ahora están más vivos que nunca. Tal es así que, después de lucir durante mucho tiemplo el título de Fiesta de Interés Regional, ha conseguido ser declarada en 2018 Fiesta de Interés Nacional.
Como toda fiesta de carnaval que se precie, en las de Alcázar de san Juan no faltan los desfiles multitudinarios, los bailes de disfraces, las comparsas o el entierro de la sardina. Todo ello, unido a la parafernalia de la Navidad, consigue que, pese a tratarse de los días más cortos y fríos del año, los vecinos y visitantes invadan en masa las calles de la localidad.
Como curiosidad, al hablar con los alcazareños, os sorprenderá cuando muchos de ellos os cuenten que guardan de su infancia el recuerdo del día que descubrieron que en el resto del mundo el carnaval no se celebra en Navidad.
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