En la provincia de León
Castrillo de los Polvazares es un pueblo situado en la comarca de la Maragatería, en la provincia de León y a unos 8 kilómetros de Astorga. Con apenas un centenar de habitantes el pueblo no posee entidad municipal. Esta la perdió en 1975 cuando entró a formar parte del municipio de Astorga. Aun con ello, dada la fama alcanzada por su belleza, posee gran personalidad.
El alto valor monumental de Castillo de los Polvazares le hizo merecedor de ser reconocido como Conjunto Histórico - Artístico en 1980. También la Unesco lo consideró un hito relevante del Camino de Santiago cuando declaró en 2015 Patrimonio de la Humanidad a la ruta Jacobea. Además, por si fuera poco lo anterior, Castrillo de los Polvazares es uno de los integrantes de la asociación de lo Pueblos más Bonitos de España. De todo ello se deduce que el lugar bien merece una visita.
Todo el pueblo tiene una fisionomía homogénea. Desde que se atraviesa el río Jerga a través de un viejo puente, el viajero descubrirá que las piedras con las que se han levantado las casas, así como las que se han utilizado para pavimentar las calles, poseen una inconfundible tonalidad rosácea. Los vanos de puertas y ventanas están contorneados por una franja blanca en la que destaca el verde de los marcos. Incluso la modesta iglesia de San Juan Bautista, edificio más sobresaliente de la localidad, repite el mismo patrón.
Muchas de las construcciones también son similares en su estructura interna. Dado que muchos vecinos del pueblo ejercieron en el pasado el oficio de arriero, las viviendas fueron adaptadas a dicha actividad por sus moradores. Una puerta amplia daba acceso a un patio interior desde el que se accedía a los establos. Hoy día es posible conocer esa estructura que que muchas de esas construcciones se han convertido en restaurantes.
Este oficio de arriero hizo ricos y famosos a los maragatos que comerciaban con el pescado gallego en el interior de Castilla al tiempo que, en el camino de vuelta, llevaban los productos de la Meseta a la costa gallega. También se hizo famosa la comarca por su contundente cocido maragato. Un plato que es el principal reclamo de los no pocos restaurantes que abran sus puertas en esta pequeña localidad.
El nombre de Castrillo se debe a la pre-existencia de dos castros cercanos. Estos eran el Castro de San Martino y el Castro del Teso de la Mesa.
Localiza el destino en el mapa: