Una visita que combina cultura y gastronomía
El Convento de la Madre de Dios de Coria fue fundado por las Hermanas Franciscanas en el siglo XIII y reformado posteriormente entre los siglos XIV y XVI. Se encuentra situado dentro del casco antiguo, en la muy apropiada calle de las Monjas, y muy cerca de la antigua Cárcel. Lo primero que se puede observar desde fuera es su fachada de ladrillo.
Dentro del edificio se puede visitar el claustro gótico-renacentista del siglo XVI, que es su mayor tesoro, con pozo de siete lados y discreto brocal, arcos de columnas toscanas y planta trapezoidal. La parte baja del claustro es de estilo gótico isabelino. Es un espacio en cuya construcción se incluyó numerosa simbología. Explicado paso a paso por una de las hermanas, es el momento de disfrutar de manera amena de cada una de las muchas historias y recovecos de este curioso y recogido claustro lleno de historia y de paz.
Como colofón, al terminar la visita los participantes podrán adquirir algunos de los muchos y variados dulces artesanales que con afanosa dedicación llevan siglos elaborando las hermanas. Todos ellos son preparados con los mejores ingredientes como son la almendra de Reus o las obleas. Corazones de San Francisco, Yemas de Santa Isabel, Mazapanes artesanos, Magdalenas, Galletas…, son solo algunos de los exquisitos dulces que las hermanas ponen a disposición de los visitantes.
Para los amantes de este tipo de construcciones, a muy pocos kilómetros de la ciudad de Coria se levanta el Convento de el Palancar, del que dicen que es el más pequeño del mundo. Una auténtica joya de Extremadura.
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