Un cima mítica al alcance de los montañeros poco experimentados
El Moncayo forma parte del Sistema Ibérico que cruza el sector nororiental de la península de noroeste a sureste. Es el pico más elevado de este sistema montañoso y, aunque está acompañado de otros picos de gran altura (Peña Negra y Lobera), él es el que acapara todo el protagonismo y, por ende, el que da nombre al macizo. Sirve de frontera de las provincias de Zaragoza y Soria. Por lo tanto, también delimita las comunidades autónomas de Aragón y Castilla y León. En el Macizo del Moncayo también son muy característicos los tres circos que posee, llamados aquí hoyas. Son las de San Gaudosio, San Miguel y Morca.
Al norte, el Moncayo está bordeado por el valle del Ebro, mientras que al sur son las tierras cerealistas de la provincia de Soria las que lo enmarcan. Con este escenario el Macizo del Moncayo se divisa desde muchos kilómetros a la redonda y es por ello por lo que se ha convertido en una meca para los amantes de la montaña.
A la cima del Moncayo se puede acceder por diferentes caminos, pero la más recomendable y transitada es la que parte desde el santuario de la Virgen del Moncayo, en el lado zaragozano, que pertenece al municipio de San Martín del Moncayo, muy cerca de Tarazona. Desde ese punto, hasta el que se puede llegar en vehículo, arranca un sendero circular, perfectamente delimitado, por el que, salvando un desnivel positivo superior a los 800 metros se alcanza la cumbre.
Tal como indican los carteles, es imprescindible no salirse del sendero marcado para evitar que la presión de los numerosos visitantes que recibe no deteriore el frágil y erosionable suelo. No hay que olvidar que gran parte de la vertiente norte está declarada desde 1978 como Parque Natural del Moncayo.
En el mapa que se adjunta más abajo se puede ver cómo subir al Moncayo a través del recorrido de la ruta circular más conocida, así como su perfil. Es importante recordar que el visitante se encuentra en un paraje de alta montaña, por lo que se deben adoptar todas las precauciones necesarias que se requieren en estos escenarios. También es importantísimo estar pendiente de la meteorología, tanto en el punto de partida, como en la cumbre, ya que puede ser muy diferente en ambos lugares. Las épocas más recomendadas para subirlo son el final de la primavera, tras el deshielo, y el principio del otoño, antes de las primeras nevadas. Los días menos calurosos del verano también pueden ser una buena opción. El invierno mejor dejarlo para los montañeros más aventajados, pues el Moncayo tiene fama de montaña traicionera y peligrosa.
Pueden verse los detalles de la ruta circular en el siguiente mapa: