Una cavidad kárstica impresionante y mágica
El Pozo de los Aines se encuentra situado en la localidad de Grisel, en la provincia de Zaragoza, muy cerca de Tarazona y del impresionante Moncayo. Es uno de los parajes naturales más interesantes e impresionantes de la comarca, tanto desde la perspectiva natural como desde un punto de vista geológico. Posee un microclima en su interior con una temperatura media anual de diez grados centígrados que ha dado lugar a una singular vegetación.
Desde el casco urbano de Grisel el Pozo de los Aines se encuentra a menos de un kilómetro, por lo que desde el pueblo se puede ir dando un paseo. Quien vaya desde más lejos y se desplace en automóvil, se encontrará en sus proximidades una explanada habilitada a modo de parking.
Por el sendero existen paneles con información sobre el lugar y los alrededores. Se encuentra en medio de un olivar, perfectamente señalizado. Unas mesas con sus respectivos bancos invitan al descanso o a merendar. El Pozo de los Aines, con más de veinte metros de boca y aproximadamente 23 de profundidad, por seguridad, se encuentra totalmente vallado.
Se trata de un gran pozo formado por el hundimiento de estratos calizos debido a la acción de las aguas subterráneas. En un lateral se encuentran unas escaleras con barandillas para bajar hasta un curioso mirador. Desde allí se puede admirar el pozo y su vegetación sin ningún peligro. La humedad reinante ha permitido el crecimiento de muchas y diversas plantas que rodean las paredes de la sima y que cubren el suelo. Enredaderas, musgo, plantas trepadoras y en el fondo crece un helecho conocido como lengua de ciervo que no ha sido localizado en otras simas.
Unos sensores de presencia activan un sistema de información acústica que cuenta las características del Pozo de los Aines y alguna de las leyendas que se han generado en torno a él. Unos pequeños focos instalados iluminan y hacen viable la visita nocturna al lugar.
Como se decía anteriormente, son varias las leyendas que circulan en torno a esta curiosa formación. La más conocida cuenta como la sima se habría formado cuando un morisco rico salió a trabajar en Día Santo y Dios, enfadado, hizo desaparecer la tierra tragándoselo a él y a su familia.
Para completar la visita, es imprescindible acercarse a la ciudad de Tarazona o quedarse a dormir en el impresionante Castillo de Grisel. Aunque estas son solo algunas de las opciones que ofrece la comarca de Tarazona.
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