Plato típico segoviano
Los Judiones del Real Sitio de la Granja es un plato típico, no solo de esta localidad segoviana, sino que también puede hacerse extensible a buena parte de la provincia. Se trata de una legumbre castellana de grandes proporciones y un inconfundible color blanco. Su gran tamaño le confiere un sabor delicioso y muy mantecoso. En un viaje a la Granja de San Ildefonso, no solo se pueden degustar en cualquiera de sus restaurantes, sino que también se pueden adquirir en numerosos establecimientos, pues es fácil de cocinar incluso para manos inexpertas.
Cuentan los expertos que el origen de los judiones está asociado a la construcción del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, allá por el siglo XVIII, cuando fue traída de América. Este espectacular judión era considerado el pariente pobre de la judía ya que se plantaba para ser utilizada como alimento de la caballería de la guardia de corps y de los faisanes. Además, a diferencia de lo que se hace en la actualidad, se recolectaban cuando todavía estaban verdes. Se piensa que fue debido a las estrecheces de la posguerra cuando se pensó que si se dejaba madurar sería un producto nutriente y, por su color blanco, muy apetecible. El acierto salta a la vista.
Para su crianza el judión requiere sol de día y temperaturas bajas durante la noche. El clima de la Granja de San Ildefonso, ubicada en la vertiente norte de la sierra de Navacerrada y a casi 1200 metros de altitud sobre el nivel del mar, reúne a la perfección estas características.
El viajero que pasa un día en la Granja de San Ildefonso o en la ciudad Segovia, situada a poco más de una decena de kilómetros, encontrará en el menú de cualquier restaurante Judiones y cochinillo asado. Son los dos platos típicos más demandados por los turistas. Pero con los Judiones de la Granja existe otra opción: adquirirlos para poder cocinarlos en casa.
Una receta sencilla para cocinar los judiones de la Granja.
La receta de esta deliciosa legumbre es sencilla y similar a las judías que se comen a diario. Chorizo, morcilla, oreja de cerdo, panceta, ajo, cebolla, aceite de oliva, harina y pimentón de la vera son los ingredientes que se puede utilizar para elaborarlas.
El primer paso que no se debe olvidar es dejarlas en remojo la noche anterior. A la mañana siguiente ya se podrá poner el cocinero manos a la obra. Si se utiliza una olla de barro mucho mejor.
Todos los ingredientes junto a las judías se deben poner a cocer a fuego lento. El tiempo de cocción puede variar pero es un plato que requiere mucho tiempo para su realización. Se debe vigilar en todo momento el guiso para evitar que se quede sin líquido y remover de vez en cuando para evitar que la legumbre se agarre al fondo de la cazuela.
El sofrito se debe hacer aparte con cebolla, ajo, laurel, perejil fresco y harina. La cucharada de pimentón es mejor echarla cuando el sofrito ya no esté en el fuego. A continuación agregamos el sofrito al guiso y a fuego lento otros quince minutos. Ya estarán listas para su degustación.
Una receta sencilla de elaborar en el que su ingrediente principal y gran protagonista es el inconfundible Judión de la Granja. Él será el encargado de dar todo el sabor al guiso.