Entre Madrid y Guadalajara
En el borde noroccidental de la provincia de Guadalajara, muy cerca de la frontera con la comunidad de Madrid se encuentra el curioso paraje de las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra, aunque muy pocos las conocen por ese nombre. Es frecuente referirse a ellas como las Cárcavas del Pontón de la Oliva, las Cárcavas de Patones, o simplemente las Cárcavas. De ese modo el nombre del municipio en cuyo término se halla queda relegado al ostracismo. No obstante, y dado que se localizan dentro de las lindes municipales de Valdepeñas de la Sierra, parece lo más justo referirse a ellas como se hace en este artículo.
Se accede a las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra directamente desde la Comunidad de Madrid a través de la M-102. Por lo tanto, son los pueblos de Torrelaguna, Torremocha del Jarama y sobre todo Patones (todos de la Comunidad de Madrid) quienes más se benefician del flujo de turistas que atraen las Cárcavas. Es por ello por lo que no abunda la promoción institucional de este hermoso rincón. Ni tan siquiera se han dignado en colocar unos paneles informativos. Pero otros canales con menos recursos económicos y, sobre todo el boca a boca, han dotado de gran popularidad a este paraje.
La ausencia de indicadores no supone problema alguno para el visitante. Desde el Pontón de la Oliva el camino es inconfundible. El senderista nunca deja de ver las cárcavas. Los únicos inconvenientes son la empinada cuesta de ascenso que lleva hasta ellas y el hecho de que los bordes carecen de vallas protectores. Conviene no acercarse demasiado a los bordes pues la fragilidad del terreno incrementa el riesgo de caídas.
Una cárcava es una hoya o concavidad formada en el terreno por la erosión de las corrientes de agua. Así queda definido el término que las define. Pero la realidad del fenómeno es mucho más complejo ya que estas erosiones del agua dan lugar a curiosas formaciones. Unas formaciones cuya belleza se ve incrementada por los tonos ocres de las arcillas desnudas que las forman y que contrastan con el paisaje que las rodea. Esto es lo que sucede con las Cárcavas de Valdepeñas de la Sierra.
Vistas de lejos dan la sensación de una profunda herida del terreno que ve rota su ondulante superficie cubierta de vegetación. En cierto modo eso son las Cárcavas. Una herida del terreno que se ve acrecentada por la erosión permanente del agua que, por un lado no cesa en el arrastre de las arcillas más blandas que por otro lado dejan desnudas de vegetación. El resultado es la combinación de las formas curiosas, casi imposibles, derivadas de la erosión con las tonalidades amarillentas y ocres de la tierra.
Paisajes similares al de las Cárcavas de Valdepeñas se pueden encontrar en las Barrancas de Burujón, en la provincia de Toledo, también la comunidad de Castilla la Mancha. Formaciones de las mismas características son también las que configuran el Parque Natural de las Bardenas Reales, en Navarra.
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