Joya arquitectónica de un pequeño pueblo soriano
Muchos pequeños pueblos de la provincia de Soria esconden alguna que otra gran sorpresa para los viajeros que se pierden por sus serpenteantes carreteres. Una de esas sorpresas es la Plaza Mayor de Morón de Almazán. Un conjunto arquitectónico de estilo renacentista que retrotrae al viajero a épocas más prósperas de estas austeras tierras castellanas.
Morón de Almazán es una pequeña localidad de unos 200 habitantes situada a unos 13 kilómetros de la más populosa localidad de Almazán. No es un pueblo que esté de paso hacia ningún lado, por lo que quien desee conocerlo ha de hacer firme propósito de encaminar hacie él sus pasos. Una decisión que, a buen seguro, tras presentarse ante su grandiosa Plaza Mayor, agradecerá cualquier viajero amante del patrimonio.
En la Plaza Mayor de Morón de Almazán se levantan, a diferente nivel, varios edificios de cierta enjundia. El más destacado es, quizá, la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. De este templo, declarado Bien de Interés Cultural en 1983 destaca su Torre. La Torre posee cuatro cuerpos en los cuales se pueden apreciar diferentes motivos de decoración renacentista, todos ellos de gran atractivo visual. En el interior de la iglesia conviene detenerse ante el retablo barroco, atribuido a Domingo Romero. Un valor más sentimental posee la Virgen de la Muela.
Un poco más abajo de la iglesia se levanta el Palacio de los Hurtado de Mendoza. Es un edificio más sobrio, aunque también destaca en él una portada renacentista. Su ninterior se ha acondicionado para albergar el Museo Provincial del Traje Popular. Una visita obligada tanto por sus exposiciones permanentes, como por las temporales que acoge.
Otro edificio que llama la atención de los visitantes es el del Concejo o Casa Consistorial. Posee seis arcadas, tres en la planta baja y otras tres en la superior, de arcos carpanteles que le confieren al edificio gran armonía. La construcción está rematada por una espadaña a la que se ha añadido un reloj.
Un Rollo Juridiscional y una fuente completan el hermoso cuadro arquitectónico que ofrece la Plaza Mayor de Morón de Almazán. Tras la iglesia, en lo alto de un cerro, están las ruinas de lo que en otro tiempo debió ser un castillo, pero que hoy día poco queda de él más allá de su memoria.
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