En la sierra del mismo nombre.
Para llegar al Monasterio de Leyre hay que desviarse en la
salida 47 de la autovía del Pirineo para continuar durante unos cuatro
kilómetros por una estrecha carretera que asciende por la ladera a través de un
cerrado bosque. Tal es así que, hasta que no se llega al aparcamiento, el viajero
no vislumbra el monasterio.
El Monasterio de Leyre es el monumento románico más importante de Navarra. En él se levantan los pilares del antiguo Reyno de Navarra. De hecho, su cripta sirvió como panteón de los primeros reyes de Navarra. En el monasterio destacan la Cripta, la iglesia abacial y la Porta Speciosa.
La vida monástica, tras más de mil años desde sus orígenes, todavía
perdura en el Monasterio de Leyre. Un grupo de monjes benedictinos se rigen por
la Regla que estableció San Benito en el Siglo VI. Si bien es cierto que los
monjes se vieron obligados a abandonar el recinto en el siglo XIX tras las
desamortizaciones, en 1954 el monasterio volvió a contar con vida monacal.
En el Monasterio de Leyre, además de una interesante visita turística, también ofrece al viajero un agradable descanso en la Hospedería de Leyre. Se trata de un establecimiento hostelero de dos estrellas que cuenta con 32 habitaciones de diferente capacidad. Situado a unos cincuenta kilómetros de Pamplona, es el lugar ideal para una escapada relajante en la que desfrutar del entorno paisajístico, el patrimonio cultural y, muy especialmente, del canto gregoriano de los monjes.
En las proximidades del Monasterio de Leyre el viajreo puede encontrar otros puntos de gran interés. Algo al sur se haya el castillo de Javier, lugar de peregrinaje muy emblematico en Navarra. La Foz de Lumbier, atravesada por el río Irati o la Foz de Arbaium ofrecen interesantes paseos senderistas.
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