Historia y arte en el Bajo Aragón
El Parador de Alcañiz conocido como “La concordia” se encuentra situado en la ciudad aragonesa de Alcañiz, en la provincia de Teruel. Este parador está ubicado en el interior de los restos de un histórico castillo y ofrece una espectacular estampa desde lo alto de la colina sobre la que se levanta: la llamada loma de Pui Pinos. Mitad castillo y mitad convento, el edificio impresiona desde su estratégica ubicación y domina toda la zona.
Este parador se llama de La Concordia por el acuerdo al que llegaron el 15 de febrero de 1412 los representantes de la Generalidad de Aragón, reunidos en Alcañiz, y de la de Cataluña, reunidos en Tortosa, para decidir como elegir al sucesor de Martín I de Aragón, que murió sin heredero
Más allá del citado episodio de “La Concordia”, a lo largo de los siglos el Castillo de Alcañiz ha vivido momentos históricos de gran relevancia histórica. Ya en época romana y musulmana el enclave sobre el que se erige el actual parador constituía una posición privilegiada debido a su gran altura. En 1179 Alfonso II dona el castillo a la Orden de Calatrava. Los calatravos serían los encargados de reformarlo convirtiéndolo en un castillo-convento o castillo-abadía. El devenir de los siglos también lo convirtió en residencia del parlamento aragonés y durante las guerras carlistas fue habilitado como cuartel de las tropas.
En 1925 fue declarado Monumento Nacional siendo parcialmente reformado en los años cincuenta. Pero fue en 1968 cuando una parte del castillo, la que correspondía al Palacio del Comendador, pasó a formar parte de la red de Paradores Nacionales. Con el tiempo sería ampliado para poder ofrecer más habitaciones y una mayor capacidad.
Alojarse en este Parador es alojarse en un castillo-convento del siglo XII perfectamente acondicionado y con todas las comodidades que requieren los viajeros del siglo XXI. Acogedoras habitaciones, gimnasio, sauna y lo más importante, una fuente inagotable de historia y arte que rezuman sus muros. Desayunar en el claustro o tomar una relajante copa de vino en la galería es un sencillo placer con el que olvidar y desconectar del estrés del día a día.
El Castillo se puede conocer a través de una ilustrativa visita guiada. Entrando por el parador se cruza el patio de armas para llegar a la capilla. La Capilla, dedicada a María Magdalena, es una de las partes más antiguas del edificio. Así lo delatan sus bellas trazas románicas. Construida entre 1179 y 1200 fue la primera parroquia de la localidad de Alcañiz. La primera sorpresa que se lleva el visitante procede de las pinturas murales del atrio que, en buena parte, ofrecen un buen estado de conservación. En ellas se pueden apreciar combates con musulmanes y escenas de la vida de Jesús.
El claustro, de la misma época que la capilla, posee numerosas lápidas medievales. Otra pieza de gran valor artístico se encuentra en la Torre del homenaje. Es gótica habiéndose construido en el siglo XIV. Se halla decorada con pinturas murales góticas. En ellas se pueden contemplar escenas cotidianas de caballeros, hechos de la conquista de Valencia por Jaime I o representaciones de la rueda de la fortuna. Pese al deterioro de las pinturas, con ayuda del guía, es fácil comprender lo representado en ellas.
Pero posiblemente el parador no sería lo mismo sin tener en cuenta la ciudad en la que se ubica. Se trata de una localidad repleta de historia, naturaleza y mucho encanto en la que brilla con luz propia la Plaza de España de Alcañiz.