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Hoces de Segovia

La excusa perfecta para recorrer el noreste de la provincia

Hoces de Segovia
Las hoces del Riaza y las hoces del río Duratón son unos de los cañones fluviales más conocidos de España. Recorrer estos auténticos paraísos naturales de la provincia de Segovia constituye una magnífica propuesta para una escapada de fin de semana. Si además se une a la frondosa vegetación de estos parajes el encanto de pueblos medievales perfectamente conservados y una gastronomía bien cuidada y elaborada, el plan se antoja perfecto.

Los ríos Riaza y Duratón son los ejes vertebradores que sirven para lanzar una propuesta turística por el noreste de la provincia de Segovia. Una provincia que, más allá de la capital, con sus tres grandes monumentos, el acueducto, la catedral y el alcázar, cuenta con otros muchos atractivos por los que bien merece la pena ser recorrida. Así se entiende ahora, y así sucedió antaño, cuando los monarcas españoles levantaron en diferentes puntos de estas tierras castellanas suntuosos palacios para su descanso. Baste recordar para confirmar lo dicho el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso o el no menos interesante Palacio de Riofrío.

El recorrido por estas tierras se puede comenzar en Sepúlveda, posiblemente la población más conocida. Ubicada en la complicada orografía de un collado, destacan en esta localidad sus iglesias románicas. Pero pasear por las calles medievales que parten desde la Plaza de España no tiene desperdicio. Imprescindible resulta también acercarse al Santuario de Nuestra Señora de la Peña, de bella portada románica. Detrás del templo el viajero puede disfrutar de las vistas que ofrece un mirador sobre las hoces del río Duratón.

Hoces de Segovia

Si se desea realizar una ruta por las entrañas de las Hoces del río Duratón, Sepúlveda puede ser un buen punto de partida, pero no el único. Desde el puente de Villaseca también se pueden comenzar interesantes recorridos a pie por las Hoces del Duratón. En este punto cabe destacar también el conjunto arqueológico de la Cueva de los Siete Altares.

Las Hoces del Duratón se pueden recorrer por su interior, pero también se pueden obtener interesantes panorámicas desde lo alto de sus paredes rocosas. Ya se mencionaba anteriormente las vistas desde la parte posterior del santuario de la Virgen de la Peña de Sepúlveda. Pero más interesante son las que se obtienen desde la ermita de San Frutos, erigida en un lugar casi imposible.

Hoces de Segovia

Otro interesante mirador, no ya sobre las hoces, sino sobre Sepúlveda, es el Mirador de Zuloaga. Lugar desde el que el pintor vasco disfrutaba de las vistas de esta localidad segoviana. Siguiendo a Zuloaga el próximo destino debe ser Pedraza, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de España. El castillo de Pedraza lo compró y rehabilitó Zuloaga. Si bien esta fortaleza es un gran monumento, este queda a la sombre de la Plaza Mayor de la pequeña localidad. La plaza porticada de Pedraza es tan bella que ha sido utilizada como localización de innumerables producciones audiovisuales.

Riaza puede ser el punto de partida para conocer la hoz homónima. En la localidad también destaca su Plaza Mayor, pero los atractivos turísticos de Riaza son muchos y muy variados. Entre ellos quizá destaque la estación de esquí  de La Pinilla, lugar al que acuden cada temporada invernal muchos madrileños a disfrutar de los deportes de nieve.

Hoces de Segovia

Por Riaza pasa el río que usa el mismo nombre. Siguiendo aguas abajo su curso, y justo antes de entrar en el Parque Natural de la Hoces del Río Riaza el viajero se encontrará con uno de los pueblos más bonitos de Segovia: Maderuelo. Esta pequeña localidad parece haberse detenido en el tiempo hace muchos años. Pasear por sus calles es una delicia. 

Hoces de Segovia

El pueblo de Maderuelo se yergue sobre un meandro del río Riaza cuyas aguas se hallan remansadas en el embalse de Linares del arroyo. Más abajo de la presa, el agua vuelva a fluir por su curso natural por las Hoces del Río Riaza. Como ocurría con las del Duratón, los buitres leonados encuentran en sus paredes rocosas su hábitat predilecto.

Entre Riaza y Maderuelo se quedó la villa de Ayllón. Este puede ser el pueblo más grande y representativo de una serie de localidades en las que el color de su caserío se mimetiza con los colores de la tierra. Pueblos rojos, amarillos o negros se distribuyen por la vertiente norte de la Sierra de Ayllón. Recorrerlos sin rumbo, pero sin prisa, en diferentes épocas del año, constituye un placer que no defrauda a los visitantes.

Hoces de Segovia

Un viaje por el noreste de la provincia segoviana no sería completo si no se disfruta de su gastronomía. Son muchos, y de diferente categoría, los restaurantes que abren sus puertas en numerosos pueblos. Entre los platos más preciados de la comarca es de justicia destacar el asado de cordero. Si bien en la capital de la provincia el protagonista es el cochinillo, aquí lo es el cordero.

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