Frente al cabo de Santa Pola.
La Isla de Tabarca tiene forma alargada con una longitud inferior a los dos kilómetros y una anchura máxima que apenas supera los cuatrocientos metros. Su altitud máxima es de15 metros. Aunque siempre se habla de la isla, lo más correcto sería referirnos a ella como archipiélago, pues son varios los islotes que la conforman. A la Isla de Tabarca, en la que se levanta el pueblo con el mismo nombre, hay que sumar los islotes de La Galera, La Cantera, Los Farallones y La Nao.
El pueblo está formado por un conjunto de casas rodeadas por un recinto amurallado. Estas murallas las ordenó edificar Carlos III cuando trajo a la isla, para que se asentaran en ella, a un conjunto de pescadores genoveses que estaban presos en la ciudad tunecina de Tabarka. De ahí que a este nuevo asentamiento le bautizaran con el nombre de Nueva Tabarca. La isla había tenido antes otros nombres que hacían referencia a su forma completamente llana.
Si bies es cierto que las primeras familias que se asentaron en la isla y sus descendientes malvivían de la pesca, hoy día es el turismo su principal fuente de riqueza. Basta ver como con tan reducida población, son varios los hoteles y restaurantes implantados en la isla. A diario, varios catamaranes procedentes de diferentes ciudades costeras arriban la isla con centenares, e incluso millares de turistas que recorren los caminos y calles de Tabarca. Al atardecer, cuando los turistas retornan a los lugares de referencia la tranquilidad invade de nuevo las calles de Tabarca.
Por lo tanto, para llegar a la Isla de Tabarca hay que tomar alguna de los tabarqueras que parten de Santa Pola, el puerto más cercano situado a unos ocho kilómetros. Desde Alicante, que dista veintidós kilómetros, o desde el puerto de Torrevieja, situado un poco más lejos, también parten a diario barcos con destino a Tabarca. Esta excursión es una de las más demandadas por los turistas que veranean en esta zona del Mediterráneo.
Las murallas que rodean el pueblo se encuentran gran parte de ellas en relativo buen estado de conservación. De hecho fueron declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural. Pero quizá lo más fotogénico sean los numerosos rincones con gran tipismo que se pueden descubrir pateando sus calles. Otra actividad interesante si se visita la isla en una época en la que no haga excesivo calor es recorrer el sendero circular que recorre por su perímetro la isla. En el recorrido el visitante podrá ver el viejo faro y el torreón que hizo las veces de Cuartel de la Guardia Civil. Muy cerca del puerto se encuentra el Museo de Tabarca al que también se debería dedicar un poco de tiempo.
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