Al noroeste de Alemania
Tréveris, Trier en alemán y Trèves en francés, es considerada la ciudad más antigua de Alemania. Fue fundada por los romanos conociéndose en aquella época con el nombre de Augusta Treverorum. De la época romana conserva algunos de los monumentos más notables que se pueden visitar hoy día. Dada la relevancia de dichos monumentos, Tréveris es conocida con el sobrenombre de la Pequeña Roma.
De entre todos los monumentos romanos destaca la Porta Nigra, sin duda, el icono más conocido y singular de la ciudad. Se trata de una antigua puerta de la muralla romana que se salvó gracias a que en la edad media Simeón se estableció en ella reutilizándose posteriormente como iglesia. Pese a ser construida con piedras blancas, el paso de los siglos ha dejado su impronta cambiándole el color al material con el que fue levantada dando lugar al aspecto y nombre actual
Junto a la Porta Nigra, otras construcciones romanas que todavía se conservan son el puente romano sobre el río Mosela por el que, casi dos milenios después transita el tráfico rodado. El antiguo anfiteatro todavía conserva su morfología y en él es fácil imaginar la lucha de las fieras en la arena. Las termas del Foro, las Imperiales o las de Santa Bárbara, junto a la Basílica de Constantino son otros tantos vestigios de vieja ciudad romana.
Todos las construcciones romanas citadas anteriormente han sido reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, como también lo ha sido la Catedral de San Pedro y la Iglesia de Nuestra Señora. Ambas están juntas. Tanto es así que a primera vista las dos parecen formar un único edificio. En la primera, la Catedral, se aprecia las características de diferentes estilos, pues su construcción se ha prolongado a lo largo de varios siglos. La iglesia de Nuestra Señora, en cambio, es toda ella de estilo gótico. De hecho parece ser que se trata de la iglesia gótica más antigua de Alemania. De planta de cruz griega, muestra gran armonía en sus líneas.
Aunque no está incluido en la lista de la Unesco, también es imprescindible ver el Palacio del Príncipe Elector, de bella portada de estilo rococó. Frente a él unos cuidados jardines pueden servir de descanso al recorrido por los diferentes lugares de la ciudad.
La plaza del mercado es el centro de la ciudad y en ella se respira un gran dinamismo. Es de planta irregular, como irregular son los diferentes edificios que la rodean. No obstante, el conjunto es de gran belleza y armonía, sobresaliendo de entre sus tejados la torre de la iglesia de San Gangolfo.
La Torre Roja, la casa de los Reyes Magos, una de las más antiguas de Alemania, la Fuente de San Jorge, el Barrio Judío, la iglesias de San Paulino y la de San Máximo o el convento de San Simeón, junto a la Porta Nigra son otros puntos que completan la lista de monumentos que hay que visitar en Tréveris.
Otro de los iconos de la ciudad está representado por su hijo más ilustre: Karl Marx. El autor del Manifiesto comunista y El Capital nació en Tréveris el 5 de mayo de 1818. Esta es la principal razón por la que miles de turistas de nacionalidad china acuden a este rincón de Alemania cada año. Actualmente la casa donde nació Marx ha sido museizada para poder ser visitada. En otro lado de la ciudad, cerca de la Porta Nigra, se yergue una estatua de más de cinco metros, donada por el gobierno chino, que representa a este filósofo de talla universal.
Pese a contar con numerosos atractivos turísticos la ciudad alemana de Tréveris es bastante desconocida para los turistas españoles. Posiblemente este desconocimiento se debe a que, al no contar con un aeropuerto internacional, no hay vuelos directos desde España. La forma más cómoda de llegar hasta allí es volar hasta Luxemburgo y desde allí, bien sea en autobús, bien en tren, desplazarse hasta Tréveris en un trayecto de aproximadamente una hora. La distancia entre ambas ciudades apenas es de 50 kilómetros.
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