Un viaje a la Zaragoza romana
Lo más conocido de la antigua Caesaraugusta son los restos de la muralla romana que, no muy lejos de la Basílica del Nuestra Señora del Pilar, son una muestra al aire libre del pasado de la ciudad. Junto a esos lienzos de muralla se yergue una estatua del César Augusto, fundador de la ciudad a la que dio su nombre. Pero más allá de la muralla y la estatua del emperador, existen otros vestigios romanos no menos interesantes. Son los que conforman los museos de la Ruta de Caesaraugusta.
El primero de los altos de la Ruta de Caesaraugusta hay que hacerlo en el Foro. Está situado bajo la plaza de la Seo. El Foro era el centro del poder religioso, civil, económico y político de la ciudad. En el concluían las dos principales vías, el Cardo y el Decumano. También abrían sus puertas en este amplio espacio abierto las Tabernae, establecimientos en los que se desarrollaba gran parte de la actividad comercial.
Continúa la Ruta de Caesaraugusta en el Puerto. Situado próximo al Foro, los restos arqueológicos del Puerto evidencia la relevancia que tuvo el tráfico fluvial en el Ebro. Un río que era navegable desde Dertosa, Tortosa, hasta Vareia, actual Logroño. Entre las mercancías más habituales que pasaban por el puerto cabe imaginar ánforas llenas de vino, salazones, mármoles, cerámicas, vidrios...
Otro hito de la Ruta de Caesaraugusta lo constituyen las Termas. Es difícil imaginar una ciudad romana sin termas. Estas constituían un espacio dedicado no solo al aseo del cuerpo. Deporte, paseo o lectura eran otras actividades habituales que se practicaban en las termas romanas. Así pues, hay que entenderlas como uno de los núcleos de la vida social romana.
Si las termas son un lugar primordial de cualquier ciudad romana, otro tanto se puede decir del Teatro. Por ello el Teatro zaragozano es la cuarta parada de la Ruta de Caesaraugusta. Rodeado por edificios residenciales, el teatro romano de Zaragoza fue descubierto en 1972. Tras las correspondientes excavaciones hoy se puede apreciar muy bien la grandiosidad de lo que supuso esta construcción en su época de esplendor.
Una vez disfrutado del recorrido cultural que constituye la Ruta de Caesaraugusta, bien merece la pena darle un descanso al cuerpo en alguno de los establecimientos hosteleros del Tubo, uno de los barrios más animados de la capital aragonesa situado muy cerca de los cuatro museos de la Ruta de Caesaraugusta.
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