Palacio de la Aljafería de Zaragoza

De residencia real a sede de las Cortes de Aragón

Palacio de la Aljafería de Zaragoza
El Palacio de la Aljafería de Zaragoza es, junto a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, uno de los símbolos más representativos, no solo de la ciudad, sino de todo Aragón. Actualmente acoge en su interior a las Cortes de Aragón, siendo, en consecuencia, la sede de los representantes de la región y lugar desde el que se legislan las normas que debieran servir para la feliz convivencia de los aragoneses.

El origen del Palacio de la Aljafería hay que buscarlo en el siglo XI, cuando la antigua Caesaraugusta romana había evolucionado hacia la taifa de Sarakusta. Fue en aquellos tiempos cuando los reyes musulmanes construyeron este palacio para su disfrute y recreo.

Palacio de la Aljafería de Zaragoza

Posteriormente, con el paso de los siglos, este suntuoso palacio musulmán devino, antes de alcanzar su actual función de sede de las Cortes aragonesas, diversos usos. Tal es así que hubo un tiempo en el que cesó de sus funciones palaciegas para reconvertirse en una mera fortaleza. En ciertas épocas también fue cárcel de la Santa Inquisición o incluso fue utilizado como cuartel de uso castrense. En época de los Reyes Católicos el Palacio de la Aljafería fue residencia real.

Palacio de la Aljafería de Zaragoza

Estos cambios de uso del Palacio de la Aljafería zaragozano provocaron que sus instalaciones se fuesen adaptando a sus nuevos usos. No obstante, se conservan bastantes elementos de la suntuosa y originaria decoración musulmana de tal modo que, este edificio puede codearse con los grandes ejemplos de este estilo arquitectónico como son la Alhambra granadina o la Mezquita cordobesa. Prueba de ello es que cuando en 2001 la Unesco declaró el Mudéjar Aragonés como Patrimonio de la Humanidad, el Palacio de la Aljafería fue incluida en la lista de los edificios protegidos.

La imagen exterior que ofrece el Palacio de la Aljafería, con las torres circulares que se yerguen en su fachada principal, es el de una recia fortaleza. Ahora bien, cuando el visitante accede a su interior descubre en su patio central restos de unas arquerías con una profusa decoración. Nada se su porte exterior hacía pensar lo que ofrece el interior de este singular edificio. Continuando la visita también se pueden admirar bellos artesonados que muestran el exquisito gusto decorativo de sus promotores.

Palacio de la Aljafería de Zaragoza

Quizá lo menos interesante de toda la visita al Palacio de la Aljafería, aunque también debe destacarse, es la apertura al público que se ofrecen de las dependencias de su actual uso. De ese modo los visitantes pueden acceder a algunas icónicas salas desde las que se desarrolla la actividad parlamentaria propia de las Cortes de Aragón.

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