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Ruta de Caesaraugusta

Un viaje a la Zaragoza romana

Ruta de Caesaraugusta, Zaragoza
Caesaraugusta, o Caesar Augusta, pues de ambas formas puede ser escrito, es el nombre de la ciudad que los romanos fundaron junto al río Ebro el 23 de diciembre del año 14 antes de Cristo. Aquella ciudad es el origen de la actual Zaragoza y tuvo el privilegio de ser la única que ostentó el nombre completo del emperador Caesar Augusto. De aquel periodo histórico se conservan algunos vestigios que bien merece la pena conocer. Tras una serie de meticulosas excavaciones estos restos arqueológicos se han museizado para el disfrute de los zaragozanos y turistas del siglo XXI.

Yacimiento arqueológico de Itálica

En el municipio sevillano de Santiponce


Itálica, por desgracia, no es uno de los iconos más conocidos de Sevilla. No obstante, su elevado valor histórico y arqueológico lo convierten en una cita imprescindible de la capital andaluza. Para ello es necesario salirse del circuito que habitualmente siguen lo turistas. Pero merece la pena.

Principales monumentos romanos de Exremadura.

Más allá de Emérita Augusta.

Hablar de la presencia romana en la Península Ibérica nos lleva irremediablemente a pensar en Mérida.  Posiblemente sea la localidad de la península que más y mejor conservado presenta el legado de aquella época. Pero en toda la región de Extremadura podemos encontrar huellas, más o menos destacadas, de la cilivización romana. Una herencia que destaca tanto por la cantidad, como por la variedad de construcciones. Si bien es cierto que la vieja  Emérita Augusta es merecedora por sí sola de un artículo de estas características, sería injusto no señalar las otras construcciones que quedan a su sombra y que bien merecen ser conocidas.

Yacimiento romano de Cáparra, en Cáceres.

Un hito en la Vía de la Plata.

Arco Romano de Cáparra.
Cuando el viajero llega por primera vez al Yacimiento Romano de Cáparra, lo que mayor asombro le causa es contemplar el famoso arco tetrápilo de esta vetusta ciudad romana. Su esbelta silueta, tantas veces reproducida en multitud de folletos turísticos, no le resulta extraña al visitante, pero las dimensiones de la misma, un tanto colosales, no dejan de sorprender a quien por primera vez se sitúa frente a estas piedras milenarias ubicadas en el vale del río Alagón, al norte de la provincia de Cáceres, en tierras extremeñas.

Yacimiento arqueológico de Clunia.

Una gran ciudad romana en la Meseta Norte.

Estatua de la Diosa Fortuna. Clunia.
El yacimiento arqueológico de Clunia, o, siendo más precisos, Colonia Clunia Sulpicia, se encuentra al sur de la provincia de Burgos, junto a la localidad de Peñalba de Castro. Sobre un altozano se extienden los restos arqueológicos excavados, pero oculto a la vista queda todavía mucho por descubrir de lo que fue una importante asentamiento. Una ciudad romana que, igual que sucedió con otras, durante el medievo quedó abandonada y posteriormente olvidada. Solo el trabajo lento y meticuloso de los arqueólogos van sacado poco a poco a la luz los restos con los que podemos imaginarnos el esplendor pasado vivido en estas tierras de la vieja Castilla.

Parque Arqueológico de Segóbriga.

Centro de Interpretación de Segóbriga.
Una de romanos.

Si quieres conocer como se vivía en una ciudad del antiguo imperio romano, nada mejor que visitar una de sus ciudades o, mejor dicho, lo que queda de ella. En la Península Ibérica tenemos varios ejemplos en distinto estado de conservación. Uno de ellos es la ciudad de Segóbriga, ubicada en el término municipal de Saelices, en la provincia de Cuenca. Su acceso es muy fácil, pues apenas se encuentra a tres kilómetros de la Autovía que une Madrid con el levante, a la altura del kilómetro 103. Teniendo en cuenta que se trata de una ciudad de más de dos mil años de antiguedad, y que fue abandonada hace más de mil, su estado de conservación es más que aceptable, sobre todo si lo comparamos con otros de similares características, siendo uno de los parques arqueológicos más importantes de España.

Mérida, "Emerita Augusta".

Piedras milenarias que nos recuerdan una bonita historia.

Detalle en el teatro.
Al escribir de la ciudad de Mérida nos vienen a la mente recuerdos, pero también, y quizá con mayor intensidad, un presente que ha hecho justicia tras siglos de olvido. Las ciudades, como las personas, son entes vivos que, con el paso del tiempo, atesoran una serie de experiencias mediante las cuales van configurando su propia personalidad. Siglos atrás, Mérida fue la protagonista de una bonita historia. Durante los tiempos de la colonización romana se erigió en cabeza de una de las grandes provincias del gran Imperio Romano. Pero ese periodo hermoso, como a veces nos sucede a las personas en nuestras experiencias vitales, terminó. El paso del tiempo se mostró ingrato de tal modo que, aquella bonita historia quedó relegada (por no decir olvidada) al texto de los libros de historia. La ciudad vivió entonces unos tiempos de oscuro declive. Tal es así, que ni siquiera conservó la condición de capital de provincia.