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Palacio de la Magdalena.

De veraneo regio a universidad de verano.

Palacio de la Magdalena, Santander.
El palacio santanderino de la Magdalena se ubica en un enclave privilegiado donde los haya. En alto, sobre la península que protege la bahía de Santander de los azotes del mar Cantábrico, allí se levanta con orgullosa estampa el palacio en el que otrora veraneó la familia real y que el devenir de los tiempos lo convirtió en faro de la cultura universitaria. A un lado ofrece bellas vistas sobre la cosmopolita capital cántabra, al otro lado se extiende la playa del Sardinero y todas las infraestructuras necesarias para un veraneo aristocrático. De frente, desafiando a las bravas aguas cantábricas, algún atrevido islote llama la atención sobre quienes se acercan a este romántico rincón.

Santander, la dama del norte.

Renacida de sus cenizas.

Detalle de un edificio.
La ciudad de Santander es una ciudad nueva, sin esos rincones encantadores que poseen otras ciudades en sus cascos historicos. Eso es debido a que un par de catástrofes, no muy alejadas en el tiempo, redujeron su casco histórico a cenizas. Pero siguiendo ese viejo proverbio chino que dice que "hay que saber encontrar lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno", la ciudad aprovechó esas catástrofes para recontruirse con unos aires más elegantes y ordenados. Así pues, si paseas por el centro verás que se trata de una ciudad muy cómoda y habitable, fruto de esa reconstrucción ordenada. Pero sobre todo, comprobarás que, a falta de monumentos historicos espectaculares, todo el conjunto urbano muestra una elegancia muy particular. Es como una joven dama que con apenas unas discretas joyas se muestra realmente bella y atractiva.