Una bella desconocida.
Quizá no es una de las ciudades más conocidas de Suiza, pero sí es una de las más hermosas. Situada a unos treinta kilómetros de Berna, es fácil pasarla por alto, pero una parada, no solo es obligatoria, sino que ésta debe de ser lo suficientemente prolongada para poder disfrutarla como se merece. Su ambiente estudiantil, junto con el entramado de calles que forman su barrio medieval, la convierten en una ciudad muy atractiva.